
Se pretende que la parte delantera y trasera, las más afectadas por las colisiones, se deformen transformando la inercia del choque en calor, hasta llegar a la zona del habitáculo, que debe mantenerse indeformable, evitando el daño de los ocupantes y permitiendo su salida y evacuación. Esto es lo que se llama habitáculo indeformable y en él intervienen la solidez de los pilares, del techo, de los paneles de puerta y los refuerzos de esta estructura.
Las pruebas de choque o "Crash-tests", permiten comprobar realmente el
grado de protección que ofrecen las carrocerías simulando diferentes
choques. La deformación debe absorber gran parte de la energía,
y mantener el habitáculo prácticamente sin deformación.
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